Había una vez un
cerdito llamado Jamones .Un día viajó al Polo Norte porque quería conocer a los
animales que viven allí: a las focas, a los osos polares, pero sobre todo a los
pingüinos. Cuando llegó se encontró con un esquimal. El esquimal le invitó a su
iglú. Jamones le contó que quería conocer
a los animales que viven aquí . Entonces el esquimal le preguntó que si
quería dar un paseo en su trineo, para ver a los animales. Empezaron el paseo y
vieron a las focas. Les saludaron y ellas les devolvieron el saludo con unos
saltos y un canto muy divertido. Después vieron a los osos polares. Se bajaron
del trineo y les acariciaron. ¡QUÉ SUAVES ERAN! A continuación se subieron al
trineo y siguieron el camino. Y por fin se encontraron con los pingüinos. El esquimal les hizo una foto. Después Jamones
jugó con los bebes pingüino. ¡DE REPENTE, HUBO UNA AVALANCHA! La mamá salvó a
todos los bebés menos a uno que se había escapado. Jamones se tiró a por el
bebé y… ¡LE SALVÓ! Todos le dieron las gracias.
Jamones se quería
quedar, pero no podía porque hacía mucho
frío. Jamones se despidió de los
animales y del esquimal.
El cerdito, cuando
llegó a su casa, contó a todos sus amigos su gran aventura.
Jamones se lo pasó muy
pero que muy bien. ¡¡¡Nunca lo olvidará!!!
Ángel Bachiller Bajo
Una manta para el frío. Brrrrr.Muy chulo
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